Cuento - PROLOGO (Parte2)

Hola gente: Aquí les traigo la otra parte del prologo de mi cuento... ya se que me demore mucho pero  ya he vuelto con mis letras!. Bueno, no siendo mas, aquí va:

Cuando por fin llegamos a la casa de Jorge, hizo que todos los empleados se fueran para darse quedarse colo con migo. Cuando se aseguro de que ya nadie nos iba a escuchar empezó la retahíla.

     -¡No puedo creer lo que hiciste! ¿Es que no me escuchaste nada de lo que te dije? ¿Cómo pudiste echar las cosas a perder así?

     -lo lamento - no podía decir mas que eso

     -¡No lo lamentes! - me gritaba - ¡todo lo que planeamos no sirvió de nada! ahora todo se echo a perder y no puedes cambiarlo

     -¡Esta bien! ya se que me equivoque -le dije con rabia -pero no tienes porque gritarme - la verdad, me dolía que me gritara, ya que nunca lo había hecho.

     -Me parece el colmo lo que hiciste ¿es que no tienes sentido común? -me seguí gritando como si yo no le hubiera dicho nada, entonces una lagrima se asomó y un nudo en la garganta empezó a ahogarme, y repentinamente el llanto salió.

     -No llores -me decía insensiblemente - tienes que aprender a enfrentar rus errores sin llorar... -sin dejar que terminara de hablar subí a mi cuarto y allí grité de la rabia, porque el me estaba regañando y sabia que tenia razón... lloré hasta que mis ojos se secaron y me dormí profundamente.

     Soñé con el desastre que había hecho. Primero, había sido tan descortés de no saludarlos apropiadamente, después cuando traté de ganarme su confianza ofendí a la señora con algo que dije acerca de su tenebrosa sonrisa, y por último, y para terminar de empeorar todo, les lleve la contraria. No me pude contener, hice todo lo que Jorge me había dicho que no hiciera. Ellos fueron lo suficientemente corteses para ignorar los múltiples errores que cometí, pero yo sabia que no me iban a querer volver a ver ni en pintura. En mi sueño, ellos me echaban de la casa y todo terminaba en un caos peor.

     Desperté sobresaltada, miré a la puerta y vi a Jorge observándome, se acercó a mi cama y se sentó sin dejarme de mirar ni por un segundo, sus ojos eran tan profundos que me traspasaban, yo pensé que aún estaba enfadado, hasta que me abrazó.
     -Lo siento -me dijo despacio -no debí gritarte de esa manera.
     -No te preocupes, me lo merecía, eché todo a perder, ahora no podemos hacer nada.
    -Bueno, tal vez si podamos. Lo estuve pensando mucho anoche, y tal vez todavía halla una cosa que podamos hacer.
     -¿Lo hay? dímelo por favor - se quedó callado como buscando la manera de decirlo, se demoro bastando hasta que preguntó:
     -¿Estas dispuesta ha hacerlo sin objeciones?
     -Si es la última cosa que puedo hacer, si
     -Bueno, lo único que se me ocurrió es que yo me acerque a ellos y que les saque toda la información que pueda.
     -Y mientras tanto ¿yo que hago?
     -El papel que estaba haciendo yo.
    -¿Qué? ¡No me puedes decir que sea tu sirvienta! -no era que yo no quisiera sino que simplemente no podía hacer eso.
     -¿Quieres hacerlo o no?
     -¿No hay otra manera?
     -No
     -¿Ya mediste todas las posibilidades?
     -Si. O tal vez puedes ser mas bien mi secretaria.
     -Esta bien... -dije aunque no tan convencida
     -Pero esta vez tendrás que poner todo de tu parte. Ahora debes parecer invisible
     -Mmm...Está bien. Lo haré
     -Entonces es mejor que nos alistemos. Mañana vamos a empezar con el nuevo plan.